Osito y un rayo de sol de Benjamin Chaud

Osito y un rayo de sol de Benjamin Chaud. Traducción de Diego de los Santos. Edelvives, 2014. Cartoné, 32 pp., 12 €. A partir de 4 años.

Por José R. Cortés Criado.

Benjamin Chaud vuelve a traernos un gran álbum ilustrado con sus dos personajes entrañables, osito y su padre. Si en la entrega anterior ambos personajes terminaron en el Palacio de la Ópera en su búsqueda de  un panal de rica miel, en este viajarán a lo largo y ancho del océano.

Este libro comienza cuando osito y papá oso duermen en el tejado de la Ópera y comienza a nevar, entonces deciden buscar un refugio y nada mejor que dormir junto a otros osos de colores en un cubil muy cómodo; el problema surgió cuando papá oso despertó y no vio a su hijito que iba de la mano de un niño que junto a su familia se dirigía a su barco para disfrutar del crucero programado.

A partir de ese momento, a la angustia del papá hay que añadir lo bien que se lo pasaba el pequeño descubriendo un mundo singular y desconocido para él: unos grandes almacenes, las abigarradas calles de una capital llena de coches y personas; las imágenes de la estación de tren, el puerto, el interior del trasatlántico, el fondo marino, la isla paradisíaca infestada de personas, la selva exótica y la gran fiesta.

Con mucho ingenio Benjamin Chaud introduce a sus personajes en medios extraños donde se desenvuelven como pueden pero que no llaman mucho la atención dado el ajetreo y los extraños personajes que conforman los distintos escenarios de la obra.

De las ilustraciones hay que destacar la gran cantidad de elementos que están presentes en cada doble página y la multitud de pequeños detalles que enriquecen cada escena; podemos echar un buen rato observando cada uno de los dibujos y cuantas más veces los veamos, más enriqueceremos nuestra observación.

Además el autor nos ofrece otro entretenimiento, la búsqueda de los dos protagonistas en cada doble página; este hecho facilita la lectura en familia y el juego entre iguales para aguzar la vista. Sin duda otro acierto de Benjamin Chaud.