
1937,
Joaquim Biendicho,
Ed. Proa, Premio Pere Calders de Literatura Catalana 2008,
Col·lecció: Beta, Núm 204 , 2009
120 páginas, 16 €.
ISBN: 978-84-8437-726-9
En catalán, A partir de 18 años
Carme Masip Porqueres,
profesora Lengua y Literatura catalanas
1937 es el relato corto de un nuevo autor tarraconense, Joaquim Biendicho, profesor de geografía y historia en un instituto de su ciudad natal. Biendicho, sin embargo, no aprovecha los conocimientos de su profesión para elaborar una novela histórica, ni para reflexionar sobre las maldades del conflicto que supuso la Guerra Civil (en todo caso, es el lector quien reflexiona a raíz de lo que lee), ni para tomar partido a favor o en contra de uno u otro bando.
1937 es el relato corto de un nuevo autor tarraconense, Joaquim Biendicho, profesor de geografía y historia en un instituto de su ciudad natal. Biendicho, sin embargo, no aprovecha los conocimientos de su profesión para elaborar una novela histórica, ni para reflexionar sobre las maldades del conflicto que supuso la Guerra Civil (en todo caso, es el lector quien reflexiona a raíz de lo que lee), ni para tomar partido a favor o en contra de uno u otro bando.
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La novela es fruto de lo que le explicaron sus padres cuando él era pequeño y pasaba sus vacaciones en el “mas” de la familia Joy (nombre que otorga también a la familia protagonista del relato), una masía situada entre Vila-seca y el mar, en el lugar que hoy conocemos con el nombre de La Pineda, en Tarragona.
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Entre estos recuerdos y diversos elementos reales relacionados con el conflicto bélico del 1937, Biendicho va entrelazando los episodios que implican, de una manera u otra, a la familia Joy, agricultores que malviven en unos tiempos de muchísima miseria
La novela es fruto de lo que le explicaron sus padres cuando él era pequeño y pasaba sus vacaciones en el “mas” de la familia Joy (nombre que otorga también a la familia protagonista del relato), una masía situada entre Vila-seca y el mar, en el lugar que hoy conocemos con el nombre de La Pineda, en Tarragona.
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Entre estos recuerdos y diversos elementos reales relacionados con el conflicto bélico del 1937, Biendicho va entrelazando los episodios que implican, de una manera u otra, a la familia Joy, agricultores que malviven en unos tiempos de muchísima miseria
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Los aciertos de la novela, en mi opinión, son muchos: el autor sabe crear falsas expectativas (cuando los niños Joy se dirigen de noche hacia el Tros d’Amunt y sabes que se encontrarán con el Malandando, que va ebrio y armado y cegado por el odio, cap. IV), el lector se imagina un final terrible al tratarse de niños, pero no es así. Encontramos momentos de tensión (cuando Josep Joy está a punto de morir, (cap. XII); o el intento de recuperación del mago Temístocles de la prisión del SIM (cap. VIII i X); momentos de suspense (la búsqueda del alemán por la zona pantanosa, cap. XI); momentos de miedo (el Malandando y las jinetas, cap. IV), y, sobre todo, mucha humanidad. Quizás lo más acertado de la novela sea precisamente esto, que es muy real, muy humana, y, por lo tanto, cercana a nosotros.
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Los sentimientos de los protagonistas y sus reacciones son los mismos que podríamos haber sentido nosotros, los lectores, en su situación. Es hermoso, por ejemplo, el trabajo en equipo que da sus frutos en la recuperación de las latas de alimentos del avión alemán hundido en la costa (cap. XIII). Es emocionante la tierna relación que se da entre los dos primos pequeños Joy, Pineda y Anton (pág. 42, entre otras). Y resulta creíble también la inclusión de alguna leyenda trágica de aquellas que se explicaban antes en los pueblos sobre los habitantes más raros (como la de Cabrera, que se comió a su propio hijo al nacer, pág. 25). Todo, en suma, va acompañado por unas descripciones muy poéticas, a veces, en medio de la tragedia (pág.74: “El Muni, de tant en tant, aixecava el cap i observava els pins que capcinejaven amb el vent i prenien un to daurat, com de foc.”[1]); duras en otras ocasiones (pág. 20: “Varen treure el cos d’en Ramon de la caixa i el van dipositar al fons del clot. Després, el van cobrir de terra i van enfilar cap a Vila-seca per tornar-li la caixa al fuster.”[2]); y muy comprensibles y fácilmente compartibles por el lector (pág. 90: “La ratlla blanca que la lluna dibuixava sobre el mar el va apuntar directament. Es va sentir molt sol. L’últim home de la terra, va pensar [el Josep], per això la lluna m’assenyala” [3]).
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Los sentimientos de los protagonistas y sus reacciones son los mismos que podríamos haber sentido nosotros, los lectores, en su situación. Es hermoso, por ejemplo, el trabajo en equipo que da sus frutos en la recuperación de las latas de alimentos del avión alemán hundido en la costa (cap. XIII). Es emocionante la tierna relación que se da entre los dos primos pequeños Joy, Pineda y Anton (pág. 42, entre otras). Y resulta creíble también la inclusión de alguna leyenda trágica de aquellas que se explicaban antes en los pueblos sobre los habitantes más raros (como la de Cabrera, que se comió a su propio hijo al nacer, pág. 25). Todo, en suma, va acompañado por unas descripciones muy poéticas, a veces, en medio de la tragedia (pág.74: “El Muni, de tant en tant, aixecava el cap i observava els pins que capcinejaven amb el vent i prenien un to daurat, com de foc.”[1]); duras en otras ocasiones (pág. 20: “Varen treure el cos d’en Ramon de la caixa i el van dipositar al fons del clot. Després, el van cobrir de terra i van enfilar cap a Vila-seca per tornar-li la caixa al fuster.”[2]); y muy comprensibles y fácilmente compartibles por el lector (pág. 90: “La ratlla blanca que la lluna dibuixava sobre el mar el va apuntar directament. Es va sentir molt sol. L’últim home de la terra, va pensar [el Josep], per això la lluna m’assenyala” [3]).
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Y, finalmente, hablando de los aciertos del relato, hay que mencionar la inclusión de los episodios extraordinarios protagonizados por el mago inmortal Temístocles, que sobrevive más de una vez a la muerte, ya sea después de ser atravesado por una bayoneta, con las tripas al aire tras un bombardeo, entre otros ejemplos, y que solo cae fulminado por un rayo tras suplicárselo con toda su alma al mismo Dios (pág.83).
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Podríamos comentar, muy brevemente, otros aspectos interesantes de la primera novela de Joaquim Biendicho, como su léxico cuidado y rico, en especial los términos que se refieren a la flora y la fauna del término geográfico donde sitúa la acción. Me explicaba el mismo autor que este léxico de la flora y la fauna le venía de su padre, “cazador de los de antes”, respetuoso con la naturaleza y que cazaba solo para disfrutar.
.Acabo esta reseña con algunas de las observaciones que el mismo autor me destacó durante la agradable entrevista que mantuvimos el segundo viernes de diciembre de 2009. La primera, que no es fácil escribir una novela, que le ha costado muchos años y muchos esfuerzos, aprovechando sus vacaciones como docente en secundaria. Y la segunda, que sus referentes literarios principales son Viaje al final de la noche de Louis-Ferdinand Céline; Los santos inocentes de Miguel Delibes, y Meridiano de sangre de Cormac McCarthy.
[1] “El Muni, de cuando en cuando, levantaba la cabeza y observaba los pinos que cabeceaban con el viento y adquirían un tono dorado, como de fuego.”
[2] “Sacaron el cuerpo de Ramón de la caja y lo depositaron en el fondo del agujero. Después lo cubrieron de tierra y se dirigieron hacia Vila-seca para devolverle la caja al carpintero.”
[3] “La raya blanca que la luna dibujaba sobre el mar lo apuntó directamente. Se sintió muy solo. El último hombre de la tierra, pensó [José], por eso la luna me señala.”
[1] “El Muni, de cuando en cuando, levantaba la cabeza y observaba los pinos que cabeceaban con el viento y adquirían un tono dorado, como de fuego.”
[2] “Sacaron el cuerpo de Ramón de la caja y lo depositaron en el fondo del agujero. Después lo cubrieron de tierra y se dirigieron hacia Vila-seca para devolverle la caja al carpintero.”
[3] “La raya blanca que la luna dibujaba sobre el mar lo apuntó directamente. Se sintió muy solo. El último hombre de la tierra, pensó [José], por eso la luna me señala.”
LA RESEÑA EN CATALÁN
1937 és el relat curt d’un autor tarragoní novell, Joaquim Biendicho, professor de geografia i història en un institut de la seva ciutat natal. Però Biendicho no aprofita la seva professió per elaborar una novel·la històrica, ni tan sols per fer una reflexió sobre les maldats del conflicte (en tot cas, hi reflexiona el lector arrel del que llegeix), ni per fer quedar bé o malament a un o a un altre bàndol.
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La novel·la és fruit del que li explicaven els seus pares, quan ell era petit i passava les vacances al mas de la família Joy (nom que atorga també a la família protagonista del relat), un mas situat entre Vila-seca i el mar, en l’indret que avui coneixem com La Pineda. Entre aquests records i diversos elements reals relacionats amb el conflicte bèl·lic del 1937, Biendicho va entrellaçant els diversos episodis que impliquen d’una manera o altra la família dels Joy, pagesos que malviuen en uns temps de moltíssima misèria. Els encerts de la novel·la són molts: l’autor sap crear falses expectatives (quan els nens Joy s’adrecen de nit cap al Tros d’Amunt i saps del cert que es trobaran amb el Malandando, que va borratxo i armat i està cegat per l’odi, cap. IV), el lector es pensa que ja sap el que passarà, i no, no l’encertes mai! Hi ha moments de tensió (quan Josep Joy està a punt de morir, (cap. XII); l’intent de recuperació del mag Temístocles de la presó del SIM o Servei d’Intel·ligència Militar (cap. VIII i X), moments de suspens (la cerca de l’alemany per l'Aiguamort, cap. XI), moments de por (el Malandando i els gats mesquers, cap. IV), i, sobretot, molta humanitat. Potser el més encertat de la novel·la és precisament això, que és molt real, molt humana i, per tant, propera a nosaltres. El que senten els protagonistes i les seves reaccions són les mateixes que hauríem sentit nosaltres, els lectors, en la seva situació. M’agrada, per exemple, el treball en equip que dóna els seus fruits positius en la recuperació de les llaunes d’aliments de l’avió alemany abatut sota el mar (cap. XIII). M’agrada la tendra relació que es dóna entre els dos xiquets cosins Joy, la Pineda i l’Anton (pàg. 42, entre d’altres). I em plau també la inclusió d’alguna facècia tràgica d’aquelles que s’explicaven abans als pobles sobre el personatge més rar de la tribu (com la de la Cabrera, que es va menjar el seu propi infant en néixer, pàg. 25). I tot això amarat d’unes descripcions força poètiques, a vegades, enmig de la tragèdia (pàg.74: “El Muni, de tant en tant, aixecava el cap i observava els pins que capcinejaven amb el vent i prenien un to daurat, com de foc.”); dures en altres ocasions (pàg. 20: “Varen treure el cos d’en Ramon de la caixa i el van dipositar al fons del clot. Després, el van cobrir de terra i van enfilar cap a Vila-seca per tornar-li la caixa al fuster.”); i molt comprensibles i fàcilment compartibles amb el lector (pàg. 90: “La ratlla blanca que la lluna dibuixava sobre el mar el va apuntar directament. Es va sentir molt sol. L’últim home de la terra, va pensar [el Josep], per això la lluna m’assenyala” ).
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I, finalment, no me’n puc estar de parlar de la inclusió dels episodis extraordinaris protagonitzats pel mag immortal Temístocles, que sobreviu la travessada d’una baioneta de l’esquena al tòrax del seu cos, l’esbudellament a causa d’un bombardeig a Barcelona, i que només cau fulminat per un llamp després de suplicar-li-ho a Déu: “...i llavors un raig [enteneu llamp] va obrir el cel i com un senyal diví va entrar per la seva testa, el va travessar i el va deixar rígid i carbonitzat... “ (pàg. 83).
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Encara podríem comentar, breument, altres aspectes interessants de la primera novel·la de Joaquim Biendicho, com ara el lèxic acurat i ric usat, així com tot el que es refereix a la flora i la fauna del terme. M'explicava l'autor mateix que aquest lèxic de la flora i la fauna del terme li venia del seu pare, “caçador dels d'abans”, respectuós amb la natura, que caçava per disfrutar només. Alguns exemples només: merles, tórtores, mussol, garsa, mula, oliveres, pins, coscolls, llentiscles, lluerts, ginebres, pebrer, tudó, caragol (forma tarragonina del mot), margallons, avellaners, garrofes, bajoques...
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Acabo l'article amb algunes de les observacions que el mateix autor em destacava durant l'entrevista. La primera, que no és fàcil escriure una novel·la, que li ha costat molts anys d'anar fent, desfent i refent, aprofitant les seves vacances com a professor de secundària. I la segona, que els seus referents literaris principals són Viatge al fons de la nit de Louis-Ferdinand Céline; Los santos inocentes de Miguel Delibes, i Meridià de sang de Cormac McCarthy.
Acabo l'article amb algunes de les observacions que el mateix autor em destacava durant l'entrevista. La primera, que no és fàcil escriure una novel·la, que li ha costat molts anys d'anar fent, desfent i refent, aprofitant les seves vacances com a professor de secundària. I la segona, que els seus referents literaris principals són Viatge al fons de la nit de Louis-Ferdinand Céline; Los santos inocentes de Miguel Delibes, i Meridià de sang de Cormac McCarthy.
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