Novedad primeros lectores: 'LA HIGUERA DE PELOSTUERTOS' de Ana García Castellano y Mikel Mardones

LA HIGUERA DE PELOSTUERTOS,
Ana García Castellano (adapt. del cuento),
Mikel Mardones (Ilustraciones),
Editora OQO, 2009.
Cartoné, 25x23 cm., 40 págs., 12.50€.
ISBN: 978-84-9871-209-4

A partir de 3 años

Por José R. Cortés Criado, especialista en Literatura Infantil y Juvenil

La editorial OQO ha publicado en su colección O, dirigida a los lectores entre tres y ocho años de edad, tres libros para conmemorar el Samaín, antigua festividad celta que en Estados Unidos se celebra como Halloween, a donde llegó de mano de los emigrantes irlandeses a finales del siglo XIX.

Estos tres libros están pensados para asustar al miedo y en esa línea ha adaptado Ana García Castellano La higuera de Pelostuertos, éste es un personaje a medio camino del ogro y del gigante que procede la literatura popular oral. Otras versiones llaman a esta historia El tío Pelostuertos.

De cualquier manera, es un ser intratable, insociable, malencarado… que tiene la mejor higuera del pueblo, que la vigila permanentemente y que no da un higo a ningún niño, y siempre les responde los mismo “¡Antes me lleven las almas en pena que daros higos de mi higuera!”, de forma amenazante con su trabuco al hombro.

Los niños deciden darle un escarmiento, Pelostuertos teme ser llevado por la ánimas y descuida su vigilancia y… los chicos le dan su merecido.

Las ilustraciones de Mikel Mardones predominan sobre los textos, que están escritos en distinto tamaño de letra para resaltar algunas palabras, expresiones, gritos o sonidos. De las imágenes hay que destacar los primeros planos, ricos en matices hasta alcanzar un buen grado de expresividad, donde el corte clásico se ve reforzado por trazos expresionistas. Los planos generales y planos medios son igualmente destacables, recreando un ambiente rural y dando primacía a la naturaleza, tal como reflejan sus óleos.

La higuera de Pelostuertos es un buen libro para espantar los miedos, disfrutar de su texto y recrearse en sus imágenes, sobre todo en los rostros, que es donde alcanza mayor realismo.

Los pequeños disfrutarán de su lectura, se reirán del ingenio de los niños para darle su escarmiento a Pelostuertos y se sobrecogerán al ver los primeros planos de un personaje tan feo. Los mayores sonreiremos al saber el desenlace de la historia.