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domingo, 15 de noviembre de 2009

Novedad recomendada: 'Morris, una cosa me persigue' de Gabriela Keselman y Maximiliano Luchini



Morris, una Cosa me persigue,
Gabriela Keselman (texto),

Maximiliano Luchini (ilustraciones),
Madrid, Edit. SM, 2009.
56 págs., 6.00€.
ISBN: 9788467536171



A partir de 5 años

Por José R. Cortés Criado,

especialista en Literatura Infantil y Juvenil

Este es el número cuatro de la serie Morris de la conocida escritora Gabriela Keselman que ha publicado la editorial SM, en la colección Barco de Vapor, serie blanca. Morris espera ser despertado por alguien que necesita ayuda, en medio de un ronquido, como siempre, y en esta ocasión es su hermano Rayujo el que lo despierta, porque tiene un problema gordísimo: una Cosa que tiene forma de monstruo, de ovejita y de esponja con jabón lo persigue.

Morris busca ayuda en el archivo donde apunta sus hazañas, pero nunca se enfrentó a semejante Cosa, así que se pone su antifaz de defender a su hermano y comienza la operación a cambio de la promesa de un chocolate que nunca antes tuvo.

Morris no da con la tecla, decide reunirse con sus amigos en la Piedra de Pensar Juntos y por fin se enfrentarán a la Cosa, pero la idea es regulín, así que siguen buscando soluciones y deciden construir una barrera con troncos y árboles, puñados de barro, gusanitos, taburetes, una pata de latón, un cesto de ropa sucia, una torre de tortitas, ladridos de perro guardián, púas de erizo, colmillos de jabalí, dientes de cocodrilo, abejas enfadadas, la foto de un bombero y un cartel que ponía: no se te ocurra pasar.

Los protagonistas sufren algunas contrariedades en su intento de ayudar a Rayujo pero al final descubren a la Cosa y todo termina bien y además Morris nos da cuatro recetas para enfrentarnos a las cosas.

El texto es muy ingenioso, utiliza expresiones que llaman la atención por su simpleza y sentido, parece todo ideado por la mente de un pequeño y hay trazos mágicos como el tener un disfraz para resolver cada problema; ideas graciosas como la fila que forman los amigos para frenarse a la Cosa, que, gracias a la habilidad del dibujante, resulta de lo más simpático.

Las ilustraciones Maximiliano Luchini son muy coloristas, vemos una familia de castores y unos amigos muy humanizados que reflejan muy bien lo que siente y lo que hacen. La habilidad del ilustrador contribuye a embellecer el texto y a destacar algunas palabras, expresiones o reflejar habilidosamente el enrevesamiento verbal con unos trazos de colores.

En fin, este amigo de ojos grandes, Morris, es habilidoso, busca soluciones a los problemas, recure a la ayuda de sus amigos cuando no puede resolver un asunto él solo y es una buena persona, con alguna debilidad, le gusta dormir y el chocolate.
Más sobre Morris en Pizca de papel:
Entrevista a Gabriela Keselman por Carmen F. Etreros
Reseña Morris se me cayó una pluma por Anabel Sáiz Ripoll

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